La Busca – Los escritores contra la Comuna

Os ofrecemos la charla que dio José Antonio Fortes durante la presentación en la librería Bakakai del libro de Paul Lidsky Los escritores contra la Comuna, convertido ya en un clásico y reeditado por Los Enemigos de Thiers. Este imprescindible ensayo, hasta ahora descatalogado, habla sobre la genealogía de la retórica criminalizadora antisubversiva en uno de sus momentos fundadores, el de la represión de la Commune parisina. Un léxico que ha vivido transformaciones tácticas, pero cuyas claves permanecen invariables.

El 18 de marzo de 1871 estalla en París una revolución popular que, el 28 de mayo de 1871, después de una guerra civil sin cuartel, termina con la derrota de la Comuna de París y una represión increíble: 30.000 hombres, mujeres y niños son ejecutados, en gran parte con ametralladora, en menos de ocho días, por las fuerzas del orden. Se contaron cerca de 37.000 detenciones y más de 13.000 condenas. El aplastamiento implacable de la Comuna indica muy bien que la sociedad burguesa se sintió gravemente amenazada y estremecida hasta sus fundamentos. Hubo un verdadero pánico de la «gente decente» amenazada por aquellos «bárbaros».

Tras la caída de la Comuna de París, gran parte de los intelectuales del momento, provenientes de una tradición laica, cívica y republicana, no dudaron en poner sus plumas al servicio de las bayonetas de la reacción. Estos literatos se plegaron prácticamente en masa a la contrarrevolución y prolongaron durante muchos años su oposición y condena a los communards. Frente a la represión que se llevará, entre muertos en batalla y ejecutados, 25.000 comuneros, los escritores, prácticamente de conjunto, son los primeros en reclamar una represión implacable y sin cuartel, para evitar una vuelta de la Comuna.

Desde entonces, a lo largo del siglo XX, la intelectualidad, erigida en la elite cultural, fue edificando todo un aparato ideológico al servicio del poder para sofocar, criminalizar y enterrar cualquier brote emancipador del proletariado revolucionario; de tal manera que, borradas sus huellas, hoy ya no queda rastro de aquello que conocimos como proletariado militante. Del mismo modo que aquellos escritores que denigraron a la Comuna de París, así como luego otros a la Revolución española, etecé, campa a sus anchas hoy una intelectualidad reaccionaria que hace gala de progresismo mientras se alía con el capitalismo más vergonzante… ¡como si hubiese un capitalismo digno!

Nadie se pregunta por qué sólo se conoce una especia de literatura oficial, siempre acorde al poder establecido, y nunca se potencian las posibilidades contestararias propias al ejercicio literario, tal como se dieron, por ejemplo, entre los escritores revolucionarios durante la II República, ninguneados y relegados hoy al olvido.

José Antonio Fortes –profesor, investigador y ensayista curtido en estas lides, autor de Intelectuales de consumo y La guerra literaria (literatura y falsa izquierda), entre otros trabajos– se propuso hace mucho desmontar el concepto de «cultura sacralizada» y para ello cuestiona profundamente el papel del intelectual hoy día. Fortes se ha convertido en el profesor y crítico literario «políticamente incorrecto», que dicen, en el Estado español debido a sus opiniones claramente desmitificadoras del mundo cultural, y especialmente literario. Mientras los hay que empiezan a temblar con solo oír su nombre, la lucidez e incisión que despliega en sus apasionadas intervenciones son una muestra veraz de la potencia de la crítica frente a los esbirros del Poder.

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