Autodefensa Informática 25: «Vamos a contar mentiras»

La neolengua hizo aparición en la novela “1984”, de George Orwell, y se basaba en la simplificación del idioma y su adaptación para evitar pensamientos contrarios al régimen. Hace años que venimos sufriendo la dicotomía “o eres demócrata o eres violento”, como si las personas pudieran ser binarias; y cada vez más los discursos políticos tienen un poder de imbecilización que, unido al continuo bombardeo por parte de los medios comerciales, hace que aceptemos como naturales frases de nuestros gobernantes como “la democracia es buena”, o “la culpa de todo la tienen los yihadistas”.

Como dice un popular meme que circula por internet, deberíamos sacar la novela de Orwell del apartado “ciencia ficción” e incluirla en el de “política internacional”. A cualquier persona con una mínima capacidad de observación, debería sonarle raro que, ante cualquier atentado terrorista, hace años que los mandatarios, sean del color político que sean, lo primero que hacen es culpar a internet y a las aplicaciones que ofrecen cifrado, por haber ayudado a “los terroristas”. No puede ser casualidad.

Como tampoco es casualidad que las grandes empresas tecnológicas, que ya están a la cabeza en los mercados de valores mundiales, nos ofrezcan sus productos “gratis”. Y que esos productos cambien continuamente sus políticas de privacidad con el fin de “mejorar la experiencia de usuario”. A ver, que tontos y tontas podemos ser todas, pero esto ya se va pareciendo a un mal chiste de los Morancos de Triana.

Al fin y al cabo, todo lo expuesto anteriormente es de esperar. Los y las políticas son como una panda de monos con pistolas a la hora de regular aspectos de los que no tienen ni puñetera idea. Y cuando la tienen, casi que es peor, porque entonces regulan para alcanzar un mayor grado de control de la población, mientras benefician a las grandes empresas.

Lo que resulta más sorprendente es que nos sigamos creyendo que, por ejemplo, Whatsapp cifre todas las comunicaciones de sus usuarios, cuando el código fuente de la aplicación no puede inspeccionarse públicamente. El hecho de que las entrañas digitales de un sistema operativo, aplicación o servicio puedan inspeccionarse sin limitaciones es una de las bases para que pueda considerarse software libre, y tiene todo el sentido del mundo. Sólo cuando puedes comprobar cómo funciona una herramienta, puedes averiguar si trabaja para ti o para otras personas.

El ejemplo de Microsoft es paradigmático. El gigante informático desde hace décadas ha ido perdiendo terreno en áreas que ni siquiera anticipó que podrían ser tan provechosas económicamente, como la venta de datos de sus usuarios, y ha visto como Google, Facebook, Apple y Amazon, compañías de nuevo cuño o con funcionamiento adaptado a las nuevas posibilidades de negocio, se aprovechaban de la situación.

Un poco tarde para la mastodóntica y burocratizada empresa fundada por el mayor filántropo de todos los tiempos, Bill Gates, pero eso no significa que no puedan intentarlo. Su último sistema operativo, Windows 10, rompe todos los récords en cuanto a ataques a la privacidad de sus usuarios y, aún así, podemos leer continuamente su discurso en el que afirman que “Nos tomamos muy en serio la seguridad y la privacidad de nuestros usuarios y la protección de tu información personal es nuestro compromiso”.

No podemos esperar nada bueno de gobernantes ni de las grandes tecnológicas, ya que parece que estén compitiendo para ver quién cuenta la mentira más gorda. La responsabilidad de proteger nuestra privacidad es nuestra, y tenemos herramientas de sobra para hacerlo. Comenzamos a vislumbrar un futuro distópico consistente en un control masivo de nuestras acciones, pensamientos y deseos; lo que nos lleva a la idea que repetimos en cada programa: Sin privacidad, no hay libertad!!

En el «mentirijilloso» programa de este mes:

  • Editorial: repasamos las mentiras de políticos y de empresas tecnológicas, que parecen competir para ver quién cuenta la mentira más gorda.
  • Nueva cuña: un clásico popular adaptado al siglo XXI…
  • Noticias:
    • La página más popular de peticiones online, Change.org, no es una entidad sin ánimo de lucro ni una red de activismo social.

    • El cifrado de Whatsapp, ¿verdad o mentira?
  • Patente estúpida del mes: Google patenta un tatuaje electrónico que indica si tú (o tu gatete) estáis mintiendo.
  • Software Libre: Entrevistamos a Interferencias, un grupo granadino ciberactivista sin ánimo de lucro, que pretende reunir a personas interesadas en la privacidad, la vigilancia masiva, los derechos y la seguridad en internet. Autodefensa Informática tuvo el honor de participar en las Jornadas sobre Anonimato, Privacidad y Seguridad organizadas por este grupo y por Follow The White Rabbit y Hack&Beers.
  • Sección ocasional: arrancamos nuestro traductor de gilipolleces para desenmascarar las afirmaciones más sangrantes de la neolengua.
  • Teatrillo: Varios niños y niñas se reúnen alrededor de una fogata para contar historias de terror en el Campamento Kresta…
  • Música que suena en este programa: En el Mentidero-Almaina Rock han engañado nuestras orejas: Radical Times con “California über alles”; La Polla Records con “El perro salvaje”; Kannon, con “Mentiras”; S.N., con “Mentiras como puños”; Llamando a Julia con “Mentiras”; La Polla Records con “Mentiras Post”, y Eskorbuto con “Os engañan”.

 

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